TELÉFONO
Texto: Koldo Pla
Tu mirada tiene algo de serena
despedida. Tal vez
esperas tan sólo el clic de la cámara
para girarte. Sabes que el teléfono
cuelga en esa cabina rojo Londres
coronada en lo alto con la insignia
real. Te has abrigado para el viaje
previendo la inclemencia de estas fechas
y cualquier incidente en el camino.
Cuando cruces la portilla y tu voz
se aleje por los hilos, sólo entonces
habremos comprendido que el envite
era definitivo.
Y así descifraremos en tus ojos
ese gesto que deshiela los miedos
y colecta el amor como equipaje.
Aguarda, ralentiza este momento,
prolonga esa mirada que nos salva
de la angustia, del frío de la ausencia;
tiempo habrá de coger ese teléfono
y contestar -sabiendo de antemano
la respuesta-: Bai, esan… *
(*) Sí, diga…